¿Qué es Viniyoga?

Parte Uno – Repetir y Quedarse

¿Cuál es la mejor manera de aprender a hacer algo bien?

Practicar, ¿verdad?  Si vas a ir de vacaciones a esquiar, es una buena idea acondicionar las piernas y los pulmones.  Si vas a cantar en público, de seguro practicarás un poco el do-re-mi antes de que suba el telón. Vale la pena dedicar tiempo y esfuerzo para preparar al cuerpo en cualquier actividad física, del desempeño de un atleta al de un artista.

Lo mismo sucede con la práctica del yoga.  Una de las primeras características que los practicantes notan en Viniyoga es el uso de repetir (la postura) y quedarse. Mientras otras tradiciones usan la repetición dinámica ocasionalmente, Viniyoga la usa constantemente, y en conjunción con la respiración. La repetición permite que los músculos se contraigan y estiren propiciando un calentamiento lento en el que el cuerpo se ajusta poco a poco.  Durante una práctica típica de Viniyoga, se usa repetición en algunas posturas (asanas), y se usa repetición y quedarse en otras, dependiendo del propósito de la práctica.

Al mover el cuerpo a una postura, y después fuera de ella (repetición), uno empieza a notar los patrones de movimiento. ¿Hay más tensión en algún lugar? ¿Una parte del cuerpo se mueve de una forma distinta que otra?  Puede ser que descubras hábitos que te sorprendan.

Al familiarizarte con este movimiento, empezarás a notar como tu respiración es un importante catalizador en esta “danza”. Empezarás a entender que las posturas se generan dentro de tu cuerpo: asana basada en la respiración.
Desde luego, la idea de explorar tus propios patrones de movimiento y respiración es una tarea que te concierne personalmente. Profundizaremos en ello la semana próxima, cuando hablemos acerca de Función Sobre Forma: adaptando la práctica a necesidades personales.